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La obra de Vittorio Meano, sucedida exclusivamente en el ámbito rioplatense, incluye pocos edificios, pero de singular relevancia institucional y urbana: el Teatro Colón y el Congreso Nacional en Buenos Aires, y el Palacio Legislativo de la República Oriental del Uruguay, en Montevideo. Vittorio Meano, nacido en 1860 en Susa, a 53 km. de Turín, se cria y se forma en singular entorno, aquel Piamonte de Garibaldi y Cavour que por aquellas décadas se encuentra llevando a su culminación la gesta de la unidad italiana. En 1878, Meano obtiene el título de geómetra en el Instituto de Pinerolo; según algunos autores luego estudia arquitectura en la Academia Albertina de Turín. Hacia 1880 inicia su experiencia laboral en la oficina de ingeniería de su hermano Cesare; hasta que en 1884 emprende viaje a Buenos Aires para incorporarse al estudio de Francisco Tamburini, que por entonces abordaba el proyecto de significativas obras públicas, entre ellas la ampliación y reformulación de la Casa de Gobierno. Luego del fallecimiento
de su anfitrión en 1890, Meano debe hacerse cargo de la obra del Nuevo
Teatro Colón y más tarde (al ganar el concurso respectivo en 1895) del
Congreso Nacional, quedando desde entonces enteramente consagrado a estas
dos grandes obras públicas. No hay referencia de incursiones suyas en
el campo de las encomiendas privadas, ni en actividades corporativas o
académicas. Meano, a diferencia de otros exitosos arquitectos de origen
extranjero, parece haber tenido vínculos muy tenues con la sociedad local,
fallece tempranamente en trágicas circunstancias; en el mismo momento
se fallaba a su favor en el concurso del Palacio Legislativo montevideano.
EL TEATRO COLON |
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Tamburini y Meano
siguen el tradicional partido arquitectónico de la llamada curva italiana,
dando forma de herradura a la planta de la sala. Este esquema se apoya en
cuestiones de eficacia óptica y acústica, pero no menos en la diferenciación
social de las localidades. Quedan por tanto descartadas las hipótesis neoclásicas
"revolucionarias", que se experimentaban contemporáneamente en algunos lugares
de Europa, pretendiendo recuperar el plano semicircular y el igualitarismo
de las localidades, tal como derivaban del legendario teatro griego. Así
sucede por ejemplo con el Teatro de Bayreuth, diseñado por Otto Bruckwald
bajo influjo de Richard Wagner, entre 1872 y 1876. Meano estima que que
con ese tipo de planteos no se pueden resolver correctamente los teatros
modernos, que a diferencia de los antiguos, tienen cubierta, una gran profundidad
de la caja escénica, y una distribución clasista del público. En cuanto
al estilo, que por su parte prefiere denominar "género", del proyecto, Meano
lo considera una combinación de caracteres renacentistas italianos, distribución
alemana y ornamentación francesa. | ||
EL CONGRESO NACIONAL
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Este eje representa una continuación virtual, a escala edilicia, del eje urbano de la Avenida de Mayo. Precisamente, Meano declara entender el edificio del Congreso como un remate o, en sus palabras, un non plus ultra del flamante bulevar. | ||
Exteriormente, la masa edilicia se eleva con la habitual secuencia tripartita y asimismo en la tradición académica con los risalti, que representan episodios de variedad con los pabellones angulares, los pórticos del frente y los laterales, y en fin con el remate en forma de abside de la Cámara de Diputados en la fachada occidental. | ||
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PALACIO LEGISLATIVO (MONTEVIDEO)
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. Era previsible que las tendencias del contexto institucional modificarían -como lo hicieron- el tamaño, la calidad y la ubicación del emprendimiento, que se continuará bajo guía de Gaetano Moretti. De otro modo hubiera sido (al decir de Meano) como "un gran buque navegando angustiosamente entre las estrechas orillas de un pequeño río". | ||
LOS JUICIOS Con mayores o menores acentos críticos, la historiografía ha calificado la obra meaniana empleando un amplio repertorio de categorías predominantemente estilísticas; mientras que apenas se han abordado cuestiones tipológicas y distributivas, ni la crítica "funcional", promovida en su momento por Buschiazzo. Si la obra del Colón fue básicamente una prosecución del proyecto de Tamburini, y si en Montevideo, Meano proveyó una estructura luego ampliamente redefinida, por consecuencia el Congreso Nacional de Buenos Aires, criatura suya por excelencia, debe considerarse como evidencia central de sus intenciones y sus procedimientos. La caracterización de Meano como Ecléctico ha sido tan frecuente como poco convincente; por el contrario, sus realizaciones merecen interpretarse a la luz de las tradiciones regionales y las corrientes predominantes de su ámbito formativo piamontés, bajo la sombra barroca de Filippo Juvarra y el poderoso influjo de Alessandro Antonelli, notable maestro que Gregotti y Rossi caracterizan dentro de un Revisionismo Neoclásico sustancialmente ajeno a posiciones eclécticas. A nuestro juicio, Meano es en lo sustancial un arquitecto Neoclásico, bien que con tendencias académicamente inclusivas, lo que le permite incorporar algunas ricas lecciones renacentistas y barrocas; paralelamente, en un sentido kauffmaniano, se percibe su inclinación al dramatismo de los contrastes volumétricos y la creciente autonomía de las partes. Pero de todos estos rasgos, se destaca sin competencia su visión de la Cúpula como elemento capital de la arquitectura y del paisaje urbano. | ||
BIBLIOGRAFÍA
Rossi, Aldo; Gregotti,
Vittorio, "La influencia del romanticismo europeo en la arquitectura de
Alessandro Antonelli" (1957), en Aldo Rossi, Para una arquitectura
de tendencia. Escritos 1956- 1972, Barcelona, Gili, 1977. |
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